El Gobierno acaba de aprobar la Estrategia contra el Cambio Climático; catorce años después del primer bosquejo. Tarde, pero no demasiado, dice la ministra del ramo. Cristina Narbona lleva tres décadas de conciencia medioambiental a la espalda, veinticinco años de vida pública y casi cuatro con la cartera a cuestas. Una legislatura frenética en su departamento -leyes para el agua, para la calidad del aire, planes hidrológicos, de responsabilidad ambiental, de biodiversidad, de montes...- para recuperar tiempo malgastado. «Nos queda mucho por hacer», advierte.
- Termina la legislatura con una decena de leyes aprobadas, infinidad de decretos, programas, estrategias, planes... ¿hiperactividad o que estábamos muy faltos de legislación ambiental?
- España se ha transformado mucho en lo económico y en lo social pero se había quedado atrás en exigencia ambiental. Hemos querido recuperar el tiempo perdido, construir un marco jurídico que en los próximos años permita mejorar nuestra calidad ambiental, favorecer un progreso económico basado en tecnologías menos contaminantes, y dar a los ciudadanos más garantías de sus derechos al medio ambiente.
- El Consejo de Ministros ha aprobado la Estrategia de Lucha contra el Cambio Climático mucho después de que otros países europeos tuvieran un instrumento similar. ¿Por qué ha tardado tanto?
- Yo puedo hablar con conocimiento de causa de la falta de prioridad política de este tema. Fui secretaria de Estado de Medio Ambiente del 93 al 96 y elaboramos el primer plan nacional de lucha contra el cambio climático de este país. El Gobierno socialista nunca lo aprobó y luego, en ocho años, tampoco el PP. Por eso en esta legislatura tenemos que recuperar mucho tiempo perdido por unos y otros. En este país se ha confundido bienestar con derroche y crecimiento económico con contaminación inevitable.
- Las emisiones de CO2 del sector industrial parecen más o menos encauzadas, pero falta la parte del león, el 60% restante, de los sectores 'difusos', el transporte, el sector residencial... ¿cómo rebajarlas para poder cumplir con Kioto?
- Es la parte más importante de los deberes pendientes. Hemos dado un primer paso, que ha costado, que es que la fiscalidad de los automóviles sea proporcional a su nivel contaminante. Venimos hablando de este tema hace más de dos años en el seno del Gobierno. Desde el 1 de enero de 2008, al adquirir un vehículo también jugará la consideración de cuánto contamina. Y bien lo han entendido los fabricantes de vehículos que, ahora sí, incorporan en su publicidad 'este coche contamina menos'. Ha habido una resistencia feroz pero, una vez rota esa barrera con los automóviles, la fiscalidad ambiental llegará a otros ámbitos. Y hay que apoyar mucho más un transporte público menos contaminante, cambio de flotas municipales por otras más limpias, y dar más peso a la bicicleta. La tercera parte de los berlineses se mueven en bicicleta, eso aquí aún sorprende.
- Usted ha tenido siempre el apoyo firme de Rodríguez Zapatero, pero ha habido 'dos velocidades' en el Gobierno, con los ministerios de Industria, Economía, Fomento, Agricultura, más reacios a la vertiente ambiental. Ha costado la fiscalidad 'verde' del automóvil, el código técnico de la edificación, que podía haber aprovechado el 'boom' de la construcción...
- El código de la edificación, es decir, adaptar nuestra edificación a directivas europeas de eficiencia energética se empezó a debatir en el año 93, siendo yo secretaria de Estado de Medio Ambiente y Vivienda. Catorce años después lo tenemos. Por eso digo que se ha perdido un tiempo tremendo. Siempre hay diferencias de valoración, pero yo no me he sentido sola en el Consejo de Ministros. Si el presidente no hubiera querido que el medio ambiente tuviera importancia habría pensado en otra persona. Él sabía que yo iba a ser muy exigente.
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