sábado, 3 de noviembre de 2007

La Xunta detecta emisiones dañinas para la salud en el entorno urbano de cuatro industrias.





Alcoa, Finsa, Ence y Meirama superan los límites legales de tres sustancias contaminantes.

Las 71 estaciones con las que la Xunta controla la calidad de aire han localizado cuatro puntos negros en Galicia. Los medidores de la Consellería de Medio Ambiente detectaron emisiones demasiado elevadas de sustancias tóxicas en el entorno de la empresa de aluminios Alcoa, en Xove (Lugo); de la maderera Finsa, en Santiago; de la papelera Ence, en Pontevedra, y de la central de Fenosa en Meirama (A Coruña). El dióxido de azufre, el ozono y las partículas en suspensión que salen por las chimeneas de estas industrias superaron en 2006 los límites legales.
Los datos recogidos en 2006 por la red de control de la calidad del aire revelan que la factoría de Alcoa en San Cibrao (Xove) emite dióxido de azufre por encima de los límites establecidos por la ley para proteger la salud de los vecinos y el ecosistema del lugar. Esta sustancia es una de las principales responsables de la lluvia ácida y, según información suministrada por la Consellería de Medio Ambiente, cuando se encuentra en concentraciones altas agrava enfermedades respiratorias y cardiovasculares y provoca irritación en los ojos. Los compuestos ácidos que origina esta gas se depositan en la cubierta vegetal, en el suelo y en los materiales de construcción.
El decreto 1073/2002 establece que, para no dañar la salud de las personas, una industria no debe emitir al día más de 125 microgramos de dióxido de azufre por metro cúbico. Según los registros de la Xunta, Alcoa vertió a la atmósfera el año pasado 203. La fábrica de aluminio de Xove rebasa también el límite fijado para proteger los ecosistemas. La norma dice que no se superarán los 20 microgramos de este contaminante por metro cúbico en periodo invernal. La media de este parámetro detectada por Medio Ambiente en San Cibrao es de 32,36.
Alcoa tampoco cumple los límites legales en la emisión de partículas en suspensión. Estas sustancias tóxicas entran en el cuerpo por las vías respiratorias y, según explica la consellería, debido a su pequeño tamaño 'pueden ser transportadas por corrientes de aire a grandes distancias desde su lugar de emisión'.
El decreto 1073/2002 fija un umbral diario de 50 microgramos de estas sustancias por metro cúbico para garantizar la protección de la salud, mientras que en el entorno de la fábrica de Xove se detectaron 58,88. La presencia de partículas en suspensión en el aire supera los límites legales también en el entorno de la celulosa Ence, en la ría de Pontevedra, y de la empresa Finsa, en Santiago. La papelera pontevedresa registra 53,79 microgramos por metro cúbico y la maderera compostelana emite valores que oscilan entre los 76 y los 94.
Medio Ambiente cita 'numerosos estudios epidemiológicos' que han demostrado 'una clara relación' entre los niveles de estas partículas y el número de muertes y hospitalizaciones diarias debidas a enfermedades pulmonares y cardíacas. Estos contaminantes provocan, según la consellería, daños en el sistema respiratorio y alteraciones en la coagulación de la sangre y en el ritmo cardíaco, 'agravando enfermedades de tipo respiratorio y coronario, provocando hospitalizaciones y muertes por asma, bronquitis e infartos'.
Las estaciones de Medio Ambiente controlan también las concentraciones de ozono troposférico, porque es irritante y picante. La consellería explica que el ozono de la estratofera es el que se ha de preservar porque protege el planeta de las radiaciones solares. Sin embargo, cuando este gas se origina en las partes bajas de la troposfera es considerado un 'contaminante secundario que puede originar problemas en la salud, sobre todo en ciertos sectores más sensibles'. Causa irritaciones en ojos, nariz y garganta y provoca daños en la vegetación.
La Xunta detectó en 2006 concentraciones excesivas de ozono troposférico en el entorno de la central térmica que Fenosa tiene en Meirama (A Coruña). Según los datos recogidos en el informe de Medio Ambiente sobre la calidad del aire, en este punto de Galicia se superaron los límites legales de este gas durante 5 horas, una situación que obliga al Gobierno a informar a la población. Según el decreto 1796/2003, la Xunta debe advertir a los residentes de la zona sobre los síntomas que puede producir el ozono y las precauciones que deben tomar.
Los vecinos de Meirama no fueron alertados del problema. Fuentes de la Consellería de Medio Ambiente apuntan a que esta falta de información se debió a que la 'validación' de los datos recogidos por los medidores revelaron que la situación se había normalizado

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