martes, 5 de agosto de 2008

La Plaza Oikos de Expo demuestra que un edificio puede ser autosuficiente energéticamente a un coste muy bajo.




El edificio acumula en el subsuelo frío del invierno para el verano y calor del verano para el invierno.

El director científico de la plaza temática 'Oikos' de Expo Zaragoza 2008, Domingo Guinea Díaz, aseguró que, como demuestra esa instalación, la tecnología actual permite la autosuficiencia energética de un edificio a un coste de construcción muy bajo, "incluso abaratando la construcción actual".

El problema es que un edificio de estas características, "no es rentable ni para las empresas que venden energía ni para los fiscos que las gravan".

El doctor en Ciencias Físicas del Instituto de Automática Industrial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Domingo Guinea, explicó, en una entrevista concedida a Europa Press, que la clave está en la energía solar.

"Una vivienda en España necesita 100 kilovatios hora por metro cuadrado y año (según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), en esa misma superficie la cubierta del edificio recibe 1.700 kilovatios hora (16 ó 17 veces lo que necesita) de radiación solar", por lo que "tenemos que hacerlo muy mal para no quedarnos con lo necesario", ya que el sol "nos da una cantidad ingente de energía y muy bien distribuida".

Sabiendo que el edificio recibe mucha más energía que la que precisa la cuestión es conocer cómo transformarla y canalizarla.

"Una casa necesita sobre todo dos aplicaciones, las térmicas --calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria-- constituyen el 70 por ciento de la energía, mientras que el 30 por ciento restante es aplicación eléctrica". Para cada una de ellas, la Casa Posible de Oikos encuentra soluciones diferentes.

"Ahorrarse ese 70 por ciento de energía en aplicaciones térmicas se puede hacer y a precio de mercado, incluso abaratando la construcción actual.

¿Cómo?, simplemente guardando el calor del verano hasta el invierno y el frío del invierno hasta el verano", dijo Guinea, quien consideró que es algo que "han hecho nuestros abuelos toda la vida", en las bodegas de las casas que se conservan durante todo el año a una temperatura aproximada de 16 grados.

"Si además almacenas esa energía de forma selectiva con zona caliente, templada y fría y manejas ese flujo de energía, puedes conseguir que vuelva regulada a la instalación consiguiendo la temperatura que desees para la climatización, un espacio refrigerado, o para el agua caliente sanitaria".

Los muros de Oikos están construidos por cuatro pieles, las dos exteriores, tanto la que da a la calle como al interior de la casa son "conductoras", las dos interiores son "muy aislantes".



La piel envolvente externa recoge el calor o el frío de la calle y lo almacena en el subsuelo "en simples tubos". Lo importante es que se mantengan bien aisladas la zona que almacenan calor y frío.

Aunque parezca imposible que se pueda retener el calor recogido en agosto para calentar la casa en noviembre, Guinea apostilló que esa energía "bien aislada tarda en estabilizarse tres años".

Pero además se puede aumentar ese calor o ese frío, "a base de acumular despacito el calor de la capa envolvente del muro de forma selectiva", consiguiendo temperaturas de varios cientos de grados o temperaturas bajo cero, "acumulando el frío de muchos inviernos".

La capa envolvente interior, también conductora es utilizada como "elemento radiante" (suelo techo y muro). "Haciendo circular un fluido en cada una de las capas, aprovechando los intercambios del interior y exterior para definir una temperatura en el interior", expuso Guinea.

La estabilidad de la temperatura en cada uno de los espacios se consigue utilizando como fluido conductor "materiales de cambio de fase (MCF)", con lo que el ambiente se pueden mantener a 22 grados, el agua caliente a 40 grados o la zona refrigerada a 6.

NECESIDADES ELÉCTRICAS

Un edificio que ha resuelto las necesidades térmicas, sin gasto de energía requiere generar y almacenar una cantidad muy inferior para cubrir sus necesidades eléctricas, continuó diciendo Domingo Guinea.

Oikos se nutre de un panel fotovoltaico "normal" de 100 metros cuadrados, que genera 11 kilovatios hora, "para una vivienda normal me sobran nueve de cada 10 partes".

Este colector fotovoltaico, "no hace falta que tenga un 16 por ciento de eficacia, basta con menos". Durante las horas de sol, la casa absorbe la energía que necesita, el resto, lo acumula en forma de hidrógeno para cuando no hay sol suficiente, aseveró el doctor en Ciencias Físicas.

Aunque todavía existen problemas en la aplicación de pilas de hidrógeno en el mundo de la automoción, para su uso en viviendas "la tecnología para almacenar hidrógeno a bajo coste no supone hoy ningún problema".

Tanto la tecnología fotovoltaica, como la generación de hidrógeno o las pilas de este elemento son tecnologías hoy "artificialmente caras", debido a que "no han entrado todavía en el mercado". Guinea declaró que los precios de estas tecnologías comienzan a descender "y es previsible que lo sigan haciendo con su comercialización.

DIVULGACIÓN

Pese a que la plaza temática 'Oikos' tiene un gran componente didáctico, su director científico, Domingo Guinea, lamentó de que no se llega a transmitir la importancia real de esta construcción. "Todo esto que acabo de explicar no queda bien reflejado en la plaza".

"La finalidad de esta instalación es que, el público en primer lugar y los políticos después, se den cuenta de que las que se aplican no son tecnologías del futuro, sino del presente, perfectamente aplicables incluso a un coste inferior al actual". El muro de cuatro pieles (descrito arriba) tiene un coste cuatro veces inferior al de una construcción convencional.

"Y no sólo para edificaciones nuevas, sino muchos elementos de acumulación y redistribución de energía se podrían aplicar a edificaciones construidas hace 50 años" con nefastas condiciones energéticas, aseguró Guinea, porque "a coste mínimo" permitirían "primero aislar y después almacenar estacionalmente energía y reutilizarla para la estación contraria".

Domingo Guinea estimó que "una rehabilitación de este tipo es amortizable en diez o quince años, con una cuota mensual equivalente a lo que cada vecino está pagando de factura electricidad al precio actual", con lo que se garantizaría una estabilidad en el coste frente a unas energías que tienden a encarecerse rápidamente.

"En 15 años el edificio está rehabilitado, el vecino no se ha enterado del coste, y a partir de ese momento no consume nada de energía de la red o al menos una cantidad muy inferior de la que consumía anteriormente".

"Pero los planes de tecnología, de educación, de ciencia, están hechos por empresa que tienen balance de fin de año como meta o por políticos que tienen elecciones cada cuatro años como meta. Estos planes son para nuestros hijos o nuestros nietos, cosa que le importa a muy poca gente".

Aún así, Guinea trabaja para la divulgación de ésta y otras tecnologías para la utilización de energías renovables de una forma eficiente. La plaza 'Oikos' será trasladada, posiblemente a Arganda del Rey (Madrid) una vez finalizada la Expo, donde continuará su labor divulgativa. "Hay que rentabilizar todo el esfuerzo invertido y la tecnología desarrollada", concluyó.

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