martes, 11 de diciembre de 2007

Los pingüinos antárticos, en riesgo por el cambio climático


Los resultados de dos estudios presentados ayer durante la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático que la ONU organiza en esta bella isla de Bali concentraron la atención de los delegados de 180 naciones sobre los efectos del calentamiento global.

Uno de ellos, realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), demostró que el aumento de las temperaturas en nuestro planeta está amenazando gravemente a los pingüinos en la Antártida. Allí, cuatro especies disminuyeron un 66% su población en los últimos 25 años.

El informe "Pingüinos antárticos y el cambio climático" les aportó ayer a los más de 10.000 asistentes a la conferencia datos concretos sobre qué especies logran alimentar a sus crías y cuáles perdieron sus alimentos por la pesca excesiva ante la reducción de las masas de hielo.


"Los pingüinos antárticos tienen ya una larga marcha tras de sí -dijo Anna Reynolds, vicedirectora del Programa de Cambio Climático del WWF-. Ahora, estos íconos de la Antártida tendrán que enfrentar una batalla extremadamente dura para adaptarse a este cambio climático sin precedente."

Es que el continente blanco sufre un aumento de la temperatura cinco veces más rápido que la media mundial, mientras que la aguas también se han calentado hasta una profundidad de 3000 metros.


En la parte occidental de la península, el hielo cubre un 40% menos de territorio que hace 26 años. Esto hace que haya menos krill, que es la principal fuente de alimento de los pingüinos Barbijo, cuya población se redujo entre el 33 y el 66% en algunas colonias, según precisa el informe. También los pingüinos Papúa sufren presiones similares, y en el último medio siglo se redujeron a la mitad algunas colonias de Emperador.

Asimismo, el informe del WWF explica que los inviernos más calurosos y los fuertes vientos fuerzan a estos animales a cuidar de sus crías sobre capas de hielo cada vez más delgadas: "Durante muchos años, el hielo se ha roto y muchos huevos y crías fueron arrastrados antes de poder sobrevivir por sí mismos", afirma el estudio.

En tanto, en el noroeste de la Península Antártica, donde el calentamiento es más intenso, la población de pingüinos Adelia "disminuyó un 65% en los últimos 25 años". Esto, explican los autores, no sólo se debe a la falta de alimento, sino también a que sus primos Barbijo y Papúa, que son de aguas más cálidas, invadieron sus zonas. Ahora, los científicos temen que los pingüinos Adelia, que necesitan territorio libre de nieve para tener a sus crías, pierdan hábitat en favor de otras especies.


Cuestión de seguridad


El segundo trabajo presentado ayer en el centro de convenciones de esta isla indonesia definió al cambio climático como "una cuestión de seguridad".

Realizado por el Consejo Asesor Alemán del Cambio Climático, el estudio afirma que el calentamiento global podría provocar una migración en masa, desestabilizar el comercio y desencadenar conflictos por la tierra de cultivo y el agua desde Africa hasta Asia.

El informe asegura que "se acaba el tiempo para que las naciones alcancen un acuerdo que obligue a una reducción de gases de efecto invernadero antes de que las altas temperaturas, el aumento del nivel de los mares, el deshielo de los glaciares y más sequías e inundaciones siembren el caos".

Y agrega que son los países en desarrollo, y en especial aquellos con gobiernos débiles, los que más riesgo corren "de una amenaza para la seguridad regional.

No estamos hablando de conflictos entre ejércitos de países -dijo Hans Joachim Schellnhuber, coautor del estudio, durante una conferencia de prensa-. En el futuro, prevemos que si no se reduce el calentamiento global, las naciones frágiles y vulnerables pueden desplomarse por su presión y hasta enviar la onda expansiva a otros países".

Schellnhuber, director del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, señaló también a los periodistas acreditados que si las previsiones científicas se cumplen "puede que tengamos algo parecido a una guerra civil global con muchos focos de conflictos".

El investigador puso como ejemplo del origen de esos conflictos al deshielo de los glaciares en el Himalaya y en los Andes. Otro ejemplo fue la crisis de Darfur, en parte desencadenada por la prolongada sequía. "El cambio climático agudizará las tensiones, que aumentarán exponencialmente por el acceso al agua y la degradación de la tierra o la subida del nivel del mar", dijo Achim Steiner, director ejecutivo del Programa Medioambiental de Naciones Unidas.

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