miércoles, 5 de diciembre de 2007

El cambio climático preocupa y no ocupa.


Los españoles destacan en sensibilidad, pero también son los que más incentivos piden al Gobierno para consumir menos energía.

Un informe sobre la actitud de los ciudadanos europeos respecto al cambio climático y el ahorro de energía, realizado por la consultora multinacional LógicaCMG con la colaboración de Future Foundation y TNS, muestra que es en España donde hay más preocupación por el cambio climático. Los otros países europeos que más destacan por su inquietud en este campo son Alemania y Dinamarca.

El estudio (completo en la web de la consultora), que se basa en 10.000 entrevistas, a razón de un millar por país, mantiene continuidad desde 2006 y examina las actitudes frente al cambio climático, las acciones personales para reducir el consumo, los elementos que bloquean la conducta de ahorro y el potencial papel que puede jugar una información adecuada y el uso de tecnología para incrementar la eficiencia en los consumos.

En el caso español, un 94% de los consumidores dijeron sentirse preocupados por el fenómeno del cambio climático, y casi la mitad, en concreto un 42%, coloca en un segundo plano el ahorro financiero como motivación para consumir la energía de manera más eficiente, porcentaje que sube al 48% en el caso de los jóvenes y de quienes cuentan con mayor poder adquisitivo.

El grado de consciencia se revela también en el hecho de que el 79% de la muestra española está de acuerdo en que su consumo afecta al fenómeno climático. La voluntad por consiguiente de reducir las emisiones 'personales' es alta, y un 73% cree que le resultaría de interés obtener información sobre el consumo en el momento en que quiera conocerlo, mientras un 63% se declara preparado para reducir su demanda.

La evaluación de los ahorros que pueden conseguir los hogares con introducción de tecnología, especialmente de medidores de consumo en tiempo real, que permitan proyectar modelos de consumo diferentes, resulta muy complicada, pero apunta una cifra del 20%, algo menor que la media europea. En este caso se aprecia que cuanto mayor edad tiene el encuestado hay más dificultad para cifrar el ahorro.

Cuando el estudio trata de conseguir información sobre cuáles son las barreras u obstáculos que los ciudadanos españoles encuentran para reducir su consumo, una gran mayoría, concretamente el 88%, alega la falta de incentivos por parte del Gobierno. Aquí la diferencia con Europa es muy significativa, de más de veinte puntos.

Poco más de la mitad de los españoles reconoce que hace mucho por reducir el consumo en casa y, junto a los portugueses, quedan los peor parados con mucha diferencia (50% sobre la media europea) en el número de acciones que tomaron el pasado año para mejorar su eficiencia energética.

El estudio toma como medidas las siguientes: reducción de calefacción y aire acondicionado, menor gasto de luz en casa, tomar iniciativas para ahorrar energía en el trabajo, utilizar menos el coche, cambiar de automóvil por otro que consuma menos, y hacer un mayor uso del transporte público.

Otro elemento destacable del comportamiento español es su apatía. Más de una tercera parte considera que 'lo que haga una persona no puede cambiar nada', aunque curiosamente es el país al que le gustaría saber más sobre los problemas del medioambiente y sus soluciones.

Álvaro Plaza, director en España de LógicaCMG, consultora de 40.000 empleados, sostiene que el estudio muestra claramente que el interés del ciudadano por el medioambiente obliga a las empresas a 'impregnar con gestión verde todas sus áreas de negocio'.

Al respecto, subraya el gran cambio de las compañías eléctricas por el empuje de las renovables, 'que obligan a descentralizar la gestión, porque requiere sistemas complejos para manejar los picos y las emisiones'.

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