martes, 22 de julio de 2008

Greenpeace decreta la ´alarma tóxica´ en el puerto de Cartagena.


Un equipo de treinta buzos de la organización ecologista
comprobó ayer los tóxicos que se vierten al mar procedentes de las industrias


Naciones Unidas ha señalado a Cartagena como 'punto prioritario de contaminación' y la Agencia Europea de Medio Ambiente destaca su bahía como 'punto de alarma' por vertidos tóxicos. Ayer, un equipo de treinta buceadores de la organización ecologista Greenpeace comprobó in situ el volumen de los vertidos al mar y el estado de los emisarios submarinos.

Los miembros de Greenpeace examinaron los emisarios submarinos que tiran al mar los vertidos de las industrias a bordo del barco de la organización, 'Artic sunrise', y desplegaron una pancarta bajo el agua en la que puede leerse 'Cartagena, alarma tóxica'.

El responsable de comunicación de esta campaña contra la contaminación marina, Julio Barea, recordó que el agua de los puertos de Cartagena y sus sedimentos se encuentran contaminados por altas concentraciones de metales pesados.

"El complejo petroquímico de Cartagena refina más de cinco millones de toneladas de crudo al año. Además, otras industrias como Navantia, Fertiberia y tres centrales térmicas de cogeneración vierten sus residuos que son altamente contaminantes", indicó.

Desarrollo sin control

Los vertidos de los emisarios submarinos se producen cerca de un espacio protegido de la red Natura 2000, como es la franja litoral sumergida de la región de Murcia. "Se trata de un lugar de importancia comunitaria por sus valores marinos", recordó Barea.

Algunos estudios demuestran que esta contaminación está desplazándose con las corrientes hacia el exterior de la bahía de Cartagena, afectando áreas de alto valor ecológico.

"Con este desarrollo industrial al que se suma ahora otro tentáculo portuario en El Gorguel estamos hipotecando no sólo nuestra medio ambiente, sino nuestra salud. El mar no es un basurero y las administraciones públicas tienen que velar por ello", explica el responsable de esta campaña ecologista.

Los miembros de la organización trasladarán estos datos en un informe que será entregado al ministerio de Medio Ambiente y a la Comunidad Autónoma. "Se trata de que los responsables políticos actúen para frenar estos vertidos tóxicos", afirma Barea.

Greenpeace negocia el permiso de atraque de su barco en el puerto de Cartagena, ya que la Autoridad Portuaria denegó la pasada semana la petición de los ecologistas.

Es la segunda vez en dos años que la organización no puede atracar uno de sus barcos en el puerto. Tampoco lo permitió en 2006, lo que provocó una protesta junto al edificio de la Autoridad Portuaria. "Ahora estamos durmiendo frente a la Azohía", señala Julio Barea.

NAZARENA BALAGUER

laopiniondemurcia.es

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