jueves, 27 de diciembre de 2007

Cambio climático y Darfur, prioridades de Ban en su primer año en ONU


En un hecho inédito, Ban decidió viajar a la Antártida, el Amazonas, los Andes y el Lago Chad para ver con sus propios ojos los efectos del calentamiento global.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, cumplió su primer año en el cargo demostrando que le sobra energía para retos como la situación en Darfur o la lucha contra el cambio climático.

"Todavía no me he sentado desde que llegué. Desde mi primer día en el cargo he estado viajando", señaló hace unos días este veterano diplomático de maneras suaves y tono conciliador.

Escurridizo frente a la prensa, el ex canciller surcoreano es un experto en buscar consenso, un hábil negociador tras bambalinas.

Con firmeza y claridad, ha tomado las riendas de una burocrática y pesada organización, presente en todos los rincones del mundo, que opera con presupuesto anual de cinco mil millones de dólares y tiene unos 100 mil cascos azules en los cinco continentes.

Durante estos 365 días, Ban ha pasado 132 viajando, voló 200 mil kilómetros durante 57 visitas oficiales –a más de 120 ciudades o emplazamientos- en 39 países en seis continente, según datos de la ONU.

Ban afirmó semanas atrás a un grupo de periodistas en su despacho del piso 38 conocido como "Palacio de Cristal", que nunca se relaja.

"Ni siquiera cuando llego a casa, soy un hombre muy disciplinado". El octavo secretario general de la ONU en sus 61 años de historia -el segundo asiático, después de que el birmano U Thant ostentara el cargo entre 1961 y 1971- tiene claro sus objetivos.

Otra cosa será cómo conseguirlos. Sin embargo, todos los analistas y fuentes diplomáticas consultadas parecen coincidir en que ha empezado con buen pie y elogian que no parezca sobrepasado o paralizado por los desafíos que tiene sobre la mesa.

El proceso de paz en Darfur y el combate contra el cambio climático son dos de sus prioridades en la agenda, y ya ha comenzado a trabajar para reformar la ONU, tanto por dentro como por fuera.

"En este primer año ha demostrado ser notablemente enérgico, resistente y determinado.

Pero ha seleccionado algunos de los retos más difíciles como sus máximas prioridades, como Dafur, Oriente Medio o el cambio climático"

Luck es profesor de Relaciones Internacionales de la prestigiosa Universidad de Columbia, experto conocedor del organismo y director de estudios de la Academia Internacional para la Paz.

Añadió que "para mover algunas de estas montañas serán necesarios años. Las buenas noticias son que no parece que (Ban) se desaliente ni desanime fácilmente".

"Está convencido de que quiere pasar de la retórica a la acción, de que su trabajo se note sobre el terreno.

Para mí, es el primer secretario general "de cuello azul", es decir, alguien dispuesto a remangarse la camisa e ir a trabajar todos los días", señaló Luck.

Don Kraus, vicepresidente ejecutivo de "Citizens for Global Solutions", tiene opinión similar.

"Ban ha demostrado su habilidad para forjar alianzas con todas las partes. Una vez más, ha dejado claro que tiene excelentes herramientas diplomáticas", dijo.

Ambos expertos señalan que su papel ha sido clave para situar la lucha contra el calentamiento global en el centro de la agenda mundial, algo sobre lo que también se da crédito el propio Ban y a su entorno más allegado.

Y aunque esta lucha ya venía de tiempo atrás, lo cierto es que fue muy hábil y oportuno al convocar en Nueva York -el pasado septiembre antes de la apertura anual de la Asamblea General- a una reunión de Alto Nivel sobre esta asunto a la que asistieron 80 Jefes de Estado o de Gobierno.

Un encuentro que ha tenido su continuidad, en mayor escala e importancia, en Bali este diciembre.

"He hecho de esta lucha mi máxima prioridad, centrando la atención mundial en este asunto que definirá nuestra era.

He trabajado para galvanizar la opinión pública mundial y la voluntad política en este desafío", dijo en su mensaje de despedida de este año.

En un hecho inédito, Ban decidió viajar a la Antártida, el Amazonas, los Andes y el Lago Chad para ver con sus propios ojos los efectos del calentamiento global.

También lanzó el reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, organismo que ganó el Nobel de la Paz este año junto al ex vicepresidente estadunidense Albert Gore.

"Sus mejores momentos en este primer año de mandato tienen que ver con el cambio climático", señaló Kraus.

El otro tema que le ha ocupado más tiempo no le ha dado las mismas satisfacciones: la convulsionada situación en Darfur, que Estados Unidos califica de genocidio y que mantiene a esta región sudanesa en una delicada crisis humanitaria.

"Ningún otro asunto político me ha quitado más tiempo que Darfur", reconoce el jefe de la diplomacia mundial, quien apegado al optimismo que le caracteriza señala que ha habido algunos pasos en la dirección correcta.

"Hace un año, nada se movía hacia la paz en esta región sudanesa. Hoy, conversaciones para la paz están en marcha en Sirte y una misión de paz conjunta de la Unión Africana y la ONU está a punto de ser desplegada".

Pero aún hay que seguir trabajando duro", indicó. "Este es el desafío más difícil que tiene por delante y en el que hasta ahora ha invertido mucho tiempo y energía", afirmó Luck.

Para Kraus, la crisis en Darfur ha sido el asunto "más frustrante" con el que se ha topado tras llegar a su despacho.

"Desde que asumió el puesto ha empujado desde todos los frentes –seguridad, político y humanitario- para impulsar el proceso de paz.

Si no ha llegado más lejos ha sido por las reticencias del presidente sudanés, Omar al-Bashir, y de algunos estados miembros", añadió el experto.

También en su agenda tiene marcados en rojo varios otros asuntos que ya destacó cuando asumió el cargo, como son la necesidad de reformar el organismo y cambiar la cultura que opera desde hace años, a fin de adecuarla a la nueva realidad del siglo XXI.

De momento, trabaja para sacar adelante una de las propuestas más ambiciosas que ha planteado: dividir en dos el departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, vital en el día a día de las numerosas misiones de paz que tiene desplegadas la ONU en el mundo.

También tiene previsto reformar otro departamento de máxima importancia, el de Asuntos Políticos.

Para ello, deberá ganarse la confianza de los propios funcionarios de la Secretaria como la de los 192 estados miembros.

Algo en lo que, según Luck, ha avanzado. Por su parte, Kraus señaló un tercer reto: encontrar puntos en común con las agendas de los países desarrollados y en vías de desarrollo para que la ONU sirva como una verdadera organización del siglo XXI.

Otro de los retos es mejorar la seguridad física de todo el sistema de Naciones Unidas y sus trabajadores, algo que ha prometido Ban después del atentado del pasado día 11 contra su sede en Argelia que costó la vida a 17 trabajadores del organismo. Este hecho, sentido de cerca en el cuartel general del organismo en Nueva York, ha puesto un triste broche al primer año de Ban al frente de la ONU

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