viernes, 30 de noviembre de 2007

Nueva oportunidad: el IPCC en Valencia


Desde hace 20 años los científicos han proporcionado información cada vez más detallada sobre las causas y consecuencias del cambio climático. Pero a menudo sus sobrecogedoras informaciones no consiguen transmitir la conmoción que de ella se deduce.

El mes de noviembre en Valencia hubo una nueva oportunidad. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC) se reúnió para presentar su Cuarto Informe de Evaluación. Representa el mayor grupo de científicos independientes que trabaja para asesorar a los políticos e informar a los ciudadanos sobre la evolución del cambio climático.

Desde que elaboraron el primer informe en 1990 ha aumentado la escala de riesgo. El estudio de impactos que se incluyó en el Tercer Informe de Evaluación demostró que es muy probable que cientos de millones de personas estén amenazadas por un grave riesgo en el futuro. La escasez de agua, la malaria, el hambre y las inundaciones costeras serán algunas de las consecuencias más visibles del calentamiento global.

Los acuerdos alcanzados en Valencia configuran el documento que los gobiernos del mundo utilizarán para asesorarse de todos los aspectos relacionados con el cambio climático. Además debe ser el guión de las negociaciones que tendrán lugar en Bali (Indonesia) el próximo diciembre; donde todos los países miembros de Naciones Unidas se reunirán para discutir el futuro del Protocolo de Kioto después de 2012.

Es imprescindible un “Mandato de Bali” que consolide Kioto, ya que es la solución real para afrontar con determinación la urgencia del cambio climático.

Este Mandato debe articularse sobre criterios claves tales como reducciones drásticas de las emisiones de CO2 de los países industrializados; incluir a los países recientemente industrializados con altos ingresos en los objetivos de Kioto y crear incentivos para las economías emergentes para su incorporación en el sistema de comercio de emisiones; un fondo para llevar a cabo una revolución energética basada en las energías renovables y la eficiencia energética; la reducción de emisiones de CO2 debidas a la deforestación, y la indemnización de los impactos del cambio climático que ya no pueden ser evitados, especialmente en los países en vías de desarrollo.

Es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad, y es por fin el centro de debate a escala mundial. Los gobiernos del mundo, incluido el de España, tienen una responsabilidad universal, no queda tiempo ni excusas para que trabajen en pos de conseguirlo.

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