Dentro de dos meses, el Gobierno estadounidense debe decidir si incluye a los osos polares en su lista de especies protegidas. Si lo hace, será la primera vez que reconoce que el calentamiento global es directamente responsable de la desaparición de una especie. Es una decisión con importantes repercusiones económicas. Fuertes intereses están en contra, especialmente de las grandes petroleras que tienen la vista puesta en los fenomenales recursos naturales de la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska.
Hace unos días, Brad Miller, congresista demócrata y presidente de uno de los subcomités de la Cámara de Representantes que se ocupa de temas medioambientales, escribió una carta a Rex Tillerson, el presidente de Exxon-Mobil, quejándose una vez más de la campaña que la multinacional ha desplegado para desprestigiar los estudios sobre el cambio climático. El congresista mencionaba específicamente un artículo sobre los osos polares.
"Prematuro"
El estudio, firmado por siete científicos y publicado como una pieza de opinión en la revista Ecological Complexity (literalmente, complejidad ecológica), afirmaba que era "extremadamente prematuro extrapolar la desaparición del oso polar" a un efecto invernadero en la Bahía del Hudson "difícil de identificar". Al final del artículo, sus autores agradecían el generoso apoyo de sus patrocinadores: el American Petroleum Institute y la compañía Exxon-Mobil.
"El público tiene derecho a saber por qué Exxon-Mobil financia el trabajo de un científico [se refiere a uno de los firmantes, especializado en astrofísica] en un área en la que no es experto", decía Miller en su carta. En el mismo escrito, el congresista subrayaba que la inclusión del oso polar en la lista de especies protegidas era un tema muy delicado: "Podría interferir en la producción de petróleo en la costa norte de Alaska y afectar directamente a los intereses de Exxon-Mobil, socio de esta explotación", añade el escrito.
El artículo salió en Ecological Complexity poco después de que se hiciera público un informe de la Sociedad Geológica de Estados Unidos en el que se alertaba sobre la pronta desaparición de estos mamíferos en Alaska debido al deshielo que afectará a la zona durante los próximos 50 años.
Decisión en enero
Basándose en éste y otros estudios, el Fish and Wildlife Service, un departamento del ministerio de Interior estadounidense que está dedicado a proteger la flora y la fauna del país, debe tomar una decisión sobre los osos polares en enero de 2008.
En estos momentos, se calcula que 22.000 osos polares viven en Alaska, y más de la mitad de ellos habita en la llanura costera de la Reserva Nacional del Ártico. Se trata de 80.000 kilómetros cuadrados de espacios protegidos, al este de la Reserva Nacional de Petróleo, un área que es propiedad del Estado estadounidense. En esta zona existen unas reservas estimadas de entre 5.900 y 13.200 millones de barriles de petróleo, cuya explotación Washington espera ampliar.
La inclusión del oso polar en la lista de especies protegidas dificultaría considerablemente los planes para la explotación de esta zona que tienen las petroleras que, además, cuentan con el apoyo de las autoridades locales. La gobernadora de Alaska, Sarah Palin, dejó clara su postura al ocupar su puesto hace un año. "Incluir a los osos polares en la lista de especies protegidas podría dañar la economía de Alaska y la del país, sin realmente beneficiar a los osos o proteger su hábitat", aseguró.
Exxon no está escatimando medios para sembrar dudas sobre el cambio climático. La organización ecológica Greenpeace asegura que, en los últimos nueve años, la petrolera se ha gastado más de 22 millones de dólares en instituciones y fundaciones, algunas de ellas con nombres totalmente inocuos, como la Asociación Nacional de Vecindarios o el Congreso para la Igualdad de las Razas.
También ha invertido dinero en otras más conocidas, como el Instituto George C. Marshall y la Fundación Heritage, para difundir su mensaje. Y de aquí a enero, la petrolera pondrá toda la carne en el asador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario